Una viuda existencialista
Jackie es una película de una extraña intensidad, constreñida entre el tamaño del personaje y su circunstancia, el magnicidio de John F. Kennedy, y sus limitaciones de presupuesto, con un rodaje de apenas un mes.
Pablo Larraín resuelve la película mediante montaje, fragmentando las seis o siete grandes secuencias rodadas en base a su simbolismo narrativo para conseguir estructurar el viaje emocional de la viuda de Kennedy tras el atentado.
Cartel y fotos
Crítica
La gran virtud del guión de Noah Oppenheim es que decanta el magnicidio y funeral del Presidente de los EE.UU. hasta la conclusión existencialista de su viuda, rubricada por un magnífico diálogo con el sacerdote interpretado por John Hurt.
Decanta el magnicidio y funeral del Presidente de los EE.UU. hasta la conclusión existencialista de su viuda
Un diálogo que William Munny, el protagonista de Sin Perdón, lograba escupir en una sola frase, y que Cormac McCarthy destiló largamente en su obra Sunset Limited, pero que aquí se fragua a través de una vivencia personal que, por su representatividad, resulta paradigmática.

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